Esto es producto de la entrada de dólares y euros de los emigrantes que trabajan arduamente en el exterior para mantener con vida a sus familiares. Cuando un venezolano recibe 20 o 30 dólares de un familiar en el exterior, ve los billetes como si se tratase de una gran fortuna, cuando en realidad no es ni el sueldo de un día de trabajo en cualquier país civilizado del mundo.
Últimamente se ha constatado que muchas personas se sienten más cómodas de lo normal, ya que se ven enormes bodegones por todo el país, en donde se puede conseguir casi cualquier producto importado. También se ven vehículos lujosos en todas las calles e incluso en los barrios, contrastando con los viejos carros que tiene el resto de los venezolanos.
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Esta sensación de bienestar se le atribuye además, al dinero sucio que entra al país producto del narcotráfico internacional, el lavado de dólares, y generalmente las ilegalidades que hacen muchos ciudadanos aparentemente normales para ganarse algunos billetes, aunque sean sucios.El sueldo mínimo mensual en el país se mantiene entre los 5 y 6 dólares mensuales, pero se puede constatar que muchas personas que ganan ese sueldo, llevan una vida bastante acomodada. Esto deja muchas sospechas y pocas dudas de que hay algo que no cuadra en el ambiente social.
La facilidad con la que muchos venezolanos obtienen dinero mal habido, sobre todo dólares, deja ver que estas personas que ganan una miseria de sueldo puedan llevar una vida un poco mejor, haciendo negocios extraordinarios, que generalmente son de origen delictivo.
Sin embargo este "Bienestar" se puede prever como algo completamente temporal, y podría durar apenas unos meses, cuando el venezolano se dé cuenta de que los recursos que maneja en su día a día, no tienen el valor internacional que imaginan.
Es el ejemplo de alguien que compre un chocolate americano en uno de estos bodegones, y pague 5 dólares, sin saber que el precio internacional de este mismo producto es de 2 o 3 dólares. Eso significa que los venezolanos están pagando por estos productos mucho más de lo que valen realmente en sus países de producción.
Esto explicaría el fenómeno que ocurre en el país, y por el cual no se observan protestas de calle como en el pasado, y un rechazo de la población ante el tema político y hacia los líderes tanto de oposición como de oficialismo. Probablemente dure muy poco.
Fuente: Ramón Castillo - ( Abogado- Columnista)
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